CANDELA

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Un día como hoy, hace 11 años, llegabas a casa para llenar nuestra vida de alegría.  Le hacés honor al nombre de una manera maravillosa: CANDELA. Llegaste a la vida para brillar, para regalarnos tu manera loca de ser y de ir por el mundo.

El día que naciste, el Padre Juan fue a visitarnos a la clínica fuera del horario de visita, de sorpresa. Él me dijo que quería estar ahí ese día para regalarte la bendición especial de María Auxiliadora. Fue uno de los primeros regalos que recibiste. Y yo sé que Ella nos cuida y ampara a las tres, pero ese gesto, ese día,  lo sentí como si Ella se ofreciera a acompañar de modo especial mi misión de mamá muy, muy de cerca, como si hubiera estado -como una visita más- y te hubiera tomado en brazos en ese instante. Ya sé que son «sensaciones» mías pero quiero compartirlas con vos ahora.

Muchas veces digo de vos que «la vida te sonríe». Ahí vas vos llenando todo de ternura y canción, de bochinche y baile que nunca se detiene. A veces te enojás, pero no te sale.  Tenés maestría en alegría no en enojos.  Vos tenés luz!

Cuando llegaste a nuestra vida, tu hermana era muy chiquita, y aunque ahora se pelean bastante, en aquel tiempo ellaestaba todo el tiempo pendiente de vos «¿la hemanita?» preguntaba cuando te veía dormir… «ahora la hemana» cuando quiso que intentaras tus primeras vocalizaciones al micrófono siendo vos muuuy chiquita y  lo confundiste con un chupetín. Ella que no era mucho más grande que vos te decía con voz de hermana mayor «no hemana, no te comas el micofono«. Las recuerdo ahora tan chiquitas y me parece mentira que haya pasado el tiempo de esta forma.

El año antes de tu llegada, hubo una canción en un programa infantil que me quedó grabada, y a ella le debemos en parte tu nombre…

Tus ojos que miran tan hondo Candela
Que llegan al alma dibujando estrellas
Tus manos tan suaves que sanan las penas
Rodean de calma todas las tristezas

Candela muchachita alada
Candela dulce, iluminada
Candela almita elegida 
Candela para dar la vida 
Candela tu luz es la mía 

Tu nombre dice de vos. Lo asumís sin esfuerzos, tan naturalmente, tan especialmente, que no quedan dudas de que naciste para alumbrar, para iluminar todo a tu paso.

Sé que tenés un corazón enorme, que tus ojos miran alrededor con ternura, con frescura, con alegría; y yo celebro tanto que derrames todo eso en esta casa, entre nosotros.

Hoy es un día especial para vos  y también para mí. Y lo sé, también para todos los que te queremos, que somos muchos, muchos, muchísimos.

Hoy estamos de fiesta en casa. Te celebramos a vos, este día es TUYO. Aunque la fiesta yo la sienta también muy mía.

Como te digo siempre te amo hasta el sol hija!!! te deseo hoy y siempre toda la felicidad del mundo!!

¡QUE DIOS TE BENDIGA HOY Y SIEMPRE!

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